Los chicos de un merendero de Pico hace 4 días que no cenan
- La Pampa
- 15 ago 2017
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Luego de un año de brindar merienda, talleres culturales y hasta una vianda para que lleven a su casa, los niños se quedaron sin nada. La única buena noticia es la donación de materiales para hacer el techo de lo que será el SUM.

El merendero del barrio Pacífico cumplió este lunes su primer año de vida, pero no hay nada para festejar, los pibes hace cuatro días que no reciben su cena y llevan varias semanas sin su copa de leche. El problema es que la desinteresada colaboración de los vecinos no es suficiente para alimentar a 40 familias, la mercadería se acabó y las promesas de campaña nunca se cumplieron, total los chicos no votan.
Hay noticias que impactan más o menos, que duelen en mayor o menor forma. Pero saber que la panza de un solo chico está rugiendo por hambre realmente parte el alma, al menos a los que pueden demostrar con sus acciones que tienen una.
Ayer el Merendero del barrio Pacífico cumplió su primer año de existencia, gracias al esfuerzo de muchas mamás y papás que no solo se atreven a sacar dinero de sus apretados bolsillos, sino que ponen sus manos y energías para ayudar a los que menos tienen. Así fue como un festejo del Día del Niño se transformó luego en un merendero, donde tarde a tarde cada vez más pibes recibían la que en muchos casos era su única copa de leche en el día. Después llegaron los talleres de murga y fútbol y luego las viandas nocturnas, con porciones generosas para que los nenes vayan a casa y se sienten a la mesa con su familia.
Ante las adversidades llegar a cumplir un año es mucho, es digno de ser festejado, pero lamentablemente el presente de la ONG no permite hacerlo, aun cuando días atrás recibieron la gran noticia de la donación de parte de una familia de los perfiles y chapas necesarias para techar el espacio que se convertirá en Salón de Usos Múltiples.
El invierno fue el punto de inflexión. El clima adverso evitó la continuidad de las actividades al aire libre y, ante la falta de un lugar cerrado, los primeros en caer fueron los talleres. Por si no fuera suficiente dolor para los chicos perder ese momento que tenían para salir de las calles y divertirse, luego llegó la suspensión de las meriendas.
El Diario expuso la situación en su momento y señaló a los principales responsables de la situación: el Estado ausente y los políticos que en campaña prometieron de todo y no llevaron nada. La nota publicada en esa ocasión no perseguía un interés de vender más diarios con un titular amarillista, buscaba generar algún tipo de reacción en esos que no se mueven como deberían o que faltaron a su palabra. Por lo visto no se consiguió ninguno de los dos resultados.

Pibes sin cena
En el día que tendría que hacer notas con los medios referidas al cumpleaños del Merendero, o para contar con emoción la noticia del inminente techado del futuro SUM, la principal referente de la institución, Gisela Morel, eligió las redes sociales para dar a conocer algo terrible: “Los chicos hace cuatro días que no tienen cena por falta de carne y mercadería”.
“A ver, a las personas que ganaron y las eligieron para estar presentes. No creo en ningún político, esto va para esta gente”, afirmó sumamente dolorida la joven que atiende a su propia familia y que, junto a otras mujeres del barrio, se transformó en la mamá del corazón de 40 chicos.
“Hoy debería ser un día feliz para nosotros. Igual no nos van a empañar el día. Porque son ellos los que deberían ayudar al Merendero. Hoy los chicos hace cuatro días que no tienen cena por falta de carne y mercadería. Yo quiero que ellos vengan hoy y les digan a los chicos que no puedo darles la comida porque no hay para cocinar”, reclamó.
“Yo voté. Tengo derechos como mis chicos y los voy a defender -afirmó-. Recibí promesas de cosas que nunca llegaron para el comedor. Estoy mal e indignada. Salen haciéndose que ayudan, vengan realmente donde se necesita”.
“Si no surge hoy un milagro, mis chicos otro día más pasarán sin cenar. Esto cansa, ver que estos del poder se hacen los ciegos”, concluyó con profundo dolor.