INFORME DE LA CNRT
Entre las estadísticas del servicio ferroviario que confecciona la CNRT llama poderosamente la atención que se publique que en el caso del servicio Once-General Pico vía Catriló se hayan transportado 6.944 pasajeros en los primeros seis meses de este año.
Casi como una “remake” de lo que fuera la intervención virtual del Indec de parte del por entonces secretario de Comercio Interior de la Nación, Guillermo Moreno, que casi no dejó producción estadística sin adulterar, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte parece seguir los pasos del polémico ex funcionario.
Sucede que entre las estadísticas del servicio ferroviario que confecciona la CNRT llama poderosamente la atención que se publique que en el caso del servicio Once-General Pico vía Catriló se hayan transportado 6.944 pasajeros en los primeros seis meses de este año. El informe especifica que en este 2017 el servicio Once-General Pico por Catriló fue utilizado por 930 personas en enero, 1.185 en febrero, 1.288 en marzo, 1.180 en abril, 1.117 en mayo, y 1.244 en junio.
Ya en ocasión de conocerse los datos correspondientes al 2016 trascendió el mismo error, dado que se consignó que al cabo de los doce meses de dicho año se habían transportado 11.911 pasajeros algo que, claro está, no es cierto.
Con la llegada de la administración macrista a la presidencia de la Nación, el tren de pasajeros a la provincia de La Pampa dejó de correr el 13 de enero del año 2016, lo que supone una mentira flagrante por parte de la autoridad encargada de controlar el transporte terrestre, ya que es imposible que se hayan movilizado en ferrocarril casi 12.000 pasajeros el año pasado y algo más de 6.900 en el primer semestre de este año, cuando en realidad el servicio estaba suspendido.
En múltiples oportunidades, el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, señaló que el servicio ferroviario interurbano de pasajeros no es una prioridad para el gobierno, sino que por el contrario la gran apuesta pasa por el ferrocarril de cargas.
Por ello es que en la actualidad el Ejecutivo se encuentra rehabilitando el Belgrano Cargas hacia el norte del país, a la vez que prepara la renovación del ferrocarril San Martín para conectar la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con San Luis y Mendoza, ambas obras con financiamiento chino, y por otra parte busca tentar inversores bajo el modelo de participación público-privada para concretar el proyecto del servicio de cargas que conecte Vaca Muerta con Bahía Blanca.
Este último ferrocarril supone una inversión de 530 millones de dólares, ya que demandará instalar 700 kilómetros de vías, y su trayecto atraviesa parte de la provincia de La Pampa en el extremo sur-este.
Low cost, gran apuesta.
Con la llegada de las aerolíneas de bajo costo, el gobierno aspira a reconfigurar el transporte de pasajeros en la República Argentina. La idea es que, una vez suprimidos la gran mayoría de los servicios ferroviarios interurbanos de pasajeros, el transporte automotor sea un complemento del transporte aéreo.
En la cabeza de Dietrich está la idea de que el avión sirva para recorrer grandes distancias y concurrentemente el transporte automotor de pasajeros sea una apoyatura que posibilite desde ahí conectar otros destinos menores.
Esto que en principio parece algo bueno para el usuario tiene en estado de alerta a la Unión Tranviarios Automotor, que es el gremio del cual dependen los choferes de micros, ya que supondrá la supresión de servicios y con ello el despido de trabajadores.
Hoy las aerolíneas de bajo costo están presionando al gobierno con el objetivo de que elimine la tarifa mínima aérea, que es la última regulación que protege el transporte automotor, ya que de abolirse tal piso tarifario las low cost pasarían a competir codo a codo con los micros. Desde la UTA ya avisaron que en el caso de que ese piso tarifario se elimine, habrá conflictividad laboral.