IMPUSIERON SU NOMBRE A CENTRO MEDICO INTEGRAL
El médico Guillermo Sago tiene 80 años de edad y desde hace más de medio siglo atiende la posta sanitaria de la localidad pampeana de Conhelo. El viernes se le rindió un homenaje al bautizarse con su nombre la sede de un centro médico integral inaugurado en Winifreda.
Sus instalaciones fueron construidas por el winifredense Ignacio “Nacho” Martín, propietario de una empresa de servicios sociales y habilitadas por el Ministerio de Salud de la provincia. “La idea es ceder esto sin fines de lucro para que podamos traer todas las especialidades posibles al pueblo, porque verdaderamente lo que nos interesa es la salud de la gente”, expresó Martín.
La directora del consultorio médico es la doctora Marina Gonzalo, quien estuvo presente en la ceremonia junto a otros profesionales, la intendenta Adriana García, su par de Conhelo Angel Ré y vecinos. Martín invitó a Sago y a los jefes comunales a descubrir una placa conmemorativa que contiene una reseña histórica del médico.
“Es mucha sorpresa para mí porque uno no piensa en todas estas cosas, la labor diaria a veces nos aleja, pero estoy un poco emocionado, sinceramente no esperaba este reconocimiento de parte de Nacho, que es un amigo. Realmente ocurrió todo muy rápido”, expresó Sago en diálogo con LA ARENA.
“Lo que sí me gustaría es que esto realmente cumpla con la finalidad para la cual se hizo y tenga la respuesta necesaria de la gente y de los profesionales que vengan a mejorar la asistencia de los pacientes. Lo que hizo Nacho es muy importante para Winifreda ya que evitaría que las personas se trasladen menos hacia otros lugares”, ponderó.
Conhelo.
Sago hace más de 50 años que brinda sus servicios en Conhelo. “La asistencia que brindo me lleva a reflexionar sobre mi vida, cada vez que me voy a mi casa después de una larga jornada me siento reanimado, con fuerzas para levantarme al otro día y seguir asistiendo a todos los pacientes sin darme cuenta que los años se me vienen encima y hay que aceptarlo, pero me siento muy bien sinceramente”, aseguró.
No se imagina el día que tenga que dejar su profesión a la cual le dedica tiempo completo, por eso, a su edad sigue leyendo “algún libro nuevo” de medicina. “Los casos difíciles te llevan a la lectura para actualizarte y refrescar conocimientos”, dijo.
Diariamente llega a la posta a las 7.30 y se va a las 13 ó 13.30. Por la tarde regresa a las 15 ó 16 y “dejamos de trabajar cuando no hay ningún paciente más”, les dice las enfermeras. Ante una derivación, “según la gravedad del paciente lo acompaño en la ambulancia, no tengo problema”, afirmó Sago.
< Luis Barbaschi para LA ARENA 05/07/2017 >