CORDILLERA NEUQUINA
El norte neuquino sufre la muerte de sus glaciares. En 60 años se derritió el 80 por ciento de la superficie de hielo. Con esas frases, tan alarmantes como asertivas, Mario Cippitelli escribió en La Mañana de Neuquén, el matutino de esa provincia, lo que surge del informe que realizó un equipo de investigadores de la Universidad Nacional del Comahue, el cual fue dirigido por el profesor Damián Groch con la colaboración de la doctora Marisa Cogliati y el doctor Luis Bertani.
“Gota por gota, de manera casi imperceptible pero sostenida a lo largo de los últimos casi 60 años. Así se fueron esfumando los glaciares del norte de la provincia de Neuquén, hasta quedar apenas una pequeña superficie de lo que en otras épocas había sido una gran masa de hielo”, comienza el artículo periodístico.
Los estudiosos concluyeron que cerca del 80 por ciento de los glaciares del norte neuquino desaparecieron y que lo que queda podría correr la misma suerte. Groch explicó a LM Neuquén que para llegar a esas conclusiones se emplearon modernas técnicas en el estudio de los glaciares, como fotografías aéreas históricas e imágenes satelitales de alta resolución. Los tres científicos forman parte de un proyecto de investigación de la UNCo, encargado de estudiar áreas cubiertas de nieve y glaciares en el territorio provincial.
Río Colorado.
“Los investigadores hicieron la primera reconstrucción histórica de los cuerpos de hielo en la Cordillera de Viento para el período 1963-2012, siguiendo los lineamientos propuestos a nivel internacional para la evaluación de una gran diversidad de parámetros, con el fin de determinar el estado y fluctuación de esas superficies heladas. Para tal fin, se utilizaron fotografías aéreas del Instituto Geográfico Militar (actual Instituto Geográfico Nacional) durante 1963 e imágenes satelitales Quick Bird 2 y Geo Eye 1 para 2006 y 2012, respectivamente”, informó LM.
“El estudio concluyó que para 2006-2012 sólo perduraban 29 de los 151 glaciares existentes en 1963, lo que significa que la superficie inicial de 5,94 kilómetros quedó reducida a 1,10 kilómetros. Esta disminución de superficie glaciar constituiría un efecto del cambio climático en la región, por lo que los investigadores sugieren el establecimiento de nuevas líneas de investigación al respecto”, sostiene el artículo.
Groch sostuvo que los glaciares, si bien son pequeños, en conjunto adquieren importancia hidrológica, ya que aportan 86,2% de agua dulce proveniente del deshielo a la cuenca alta del río Neuquén y un 13,8% a la del río Colorado. Este último es vital para nuestra provincia, por el aprovechamiento que se realiza del curso para emprendimientos productivos, pero sobre todo porque de ahí se capta el agua dulce que abastece a las localidades del centro sur pampeano a través del Acueducto del Río Colorado.
Lo que queda.
En términos de tiempo, los científicos creen que a los glaciares del norte neuquino les quedan 11,4 años de vida. La velocidad con la que retrocede esa masa de hielo es de 0,10 kilómetros cuadrados al año.
“Nos pareció trascendental que se diera a conocer esta información en los medios científicos, por eso lo difundimos en el Congreso de la Asociación de Geofísica y Geodestas”, dijo el profesor Damián Groch.
“El informe es alarmante si se tiene en cuenta lo que significa de reserva de agua dulce, aunque es muy difícil que la situación se normalice en el corto plazo. ¿Podrá la ciencia evitar los perjuicios que aparentemente genera el cambio climático? Un avance, aunque pequeño que parezca, es que los científicos se ocupen de realizar este tipo de diagnósticos y que sean difundidos al resto del mundo para que se tome conciencia de la importancia que tiene cuidar el planeta”, concluyó La Mañana de Neuquén.
Sin inventario sobre el hielo
El artículo publicado en el matutino neuquino, asegura que, si bien Argentina cuenta desde 2010 con una Ley Nacional de Glaciares, todavía no existen los recursos suficientes para realizar un inventario completo sobre la cantidad de hielos que hay en el país. “Se estima que unas 11 provincias cuentan con glaciares, algunas con una extensión de casi 4.000 kilómetros de cordillera donde se debe realizar este inventario, tal como lo establece la ley. Por estas enormes extensiones es que se necesitan muchos recursos económicos para realizar el relevamiento correspondiente”, explica el informe.