Un hombre que vendió a su hija de 16 años y otro de 74 años que la compró en Mar del Plata por 200 mil pesos fueron detenidos e imputados por el delito de trata de personas. La joven estaba residiendo temporariamente con sus abuelos en Santa Rosa. La transacción se realizó en la ciudad balnearia.
El "comprador" es un hombre de la comunidad gitana. Dijo que pagó una "dote", como se estila en el mundo zíngaro.
El caso sucedió entre marzo y junio de este año, fecha en la que se realizaron allanamientos en Mar del Plata y en el sur del país, informó el diario La Capital.
Durante esta semana la Cámara Federal de Apelaciones confirmó el procesamiento del comprador y el juez federal Santiago Inchausti dispuso la prisión preventiva del vendedor.
Según se estableció en la causa, la adolescente, que estaba alojada en un instituto de menores en Santa Cruz y era tratada por un aparente retraso madurativo, fue traída por su padre a Mar del Plata y entregada a su "esposo" con quien debía mantener relaciones sexuales y ocuparse de las tareas domésticas. La menor sólo había terminado tercer grado.
La defensa del hombre de 74 años alegó que no se había tratado de una venta sino del pago de un "dote" que es tradición de la comunidad gitana antes de un casamiento. Es decir, el marido paga a la familia de la víctima por retirarla del hogar. Esta situación fue rechazada por los jueces.
"Las circunstancias de hecho que rodean al presente caso se acercan más a la hipótesis que la joven fue víctima de una transacción de su padre en la que ella se transformó en el objeto de una venta ilegal a su comprador para convertirla en su esposa, que a la entrega de una suma de dinero a modo de dote recibida por el padre de una novia que en el marco de una relación amorosa decide unirse a otro integrante de esa comunidad según sus costumbres", expresaron los camaristas intervinientes.
Según la reconstrucción realizada por los investigadores, la adolescente de 16 años vivía en San Luis junto a su madre. En febrero viajó a la ciudad de Santa Rosa para visitar a su abuelo y ver a un neurólogo por un supuesto retraso mental. "La madre tuvo que volver a San Luis por una serie de diligencias y la dejó allí con sus abuelos una semana", confió una fuente consultada por La Capital.
El padre de la menor y exesposo de la mujer se enteró de este trasladado y desde Santa Cruz se movilizó hasta La Pampa. Una vez ahí tomó a su hija y la llevó hasta la localidad de Luis Piedra Buena, donde residía con su grupo familiar. Según la denunciante, allí su hija fue golpeada y abusada.
Esta situación fue descubierta por una vecina que contó lo sucedido y permitió que se realizara una denuncia, con la que se logró que la menor fuera retirada de esa vivienda y trasladada a un instituto de resguardo de menores en esa misma localidad.
Desde allí le notificaron a la madre lo que había ocurrido y la mujer autorizó a una asistente social para llevara a su hija de regreso a La Pampa con sus abuelos. Antes de que se realizara el traslado, el padre sacó a su hija del instituto y la trajo a Mar del Plata para vendérsela al hombre de 74 años. "Mi hija viajó bajo los efectos de pastillas y cuando se despertó en la casa se sentía muy descompuesta y con dolores en la zona vaginal", declaró la mujer ante la Justicia.
Lo sucedido fue denunciado en la Comisaría de la Mujer el 14 de marzo por lo que se le dio intervención al juez federal Santiago Inchausti -se trataba del delito de trata de personas- , la fiscalía federal y los asesores de menores. Poco después se comprobó que en la vivienda mencionada por la denunciante efectivamente se encontraba su hija. Ante esta situación el magistrado otorgó la orden de allanamiento y el 17 de marzo se realizó el procedimiento donde se detuvo al hombre de 74 años y se liberó a la adolescente. Pero no sólo eso: también se secuestraron tres teléfonos celulares y el documento de la menor que le había sido sacado de su poder. La víctima fue trasladada al hogar Gayone, de Mar del Plata, para su contención y tratamiento.
A partir de ese momento comenzó la búsqueda del padre de la adolescente. En base a distintas tareas investigativas luego de tres meses se lo pudo detener el 13 de junio en Santa Cruz, desde donde fue trasladado a la ciudad balnearia.