PALABRAS DEL GOBERNADOR CARLOS VERNA EN LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Verna: “Vengo a afirmarle a este Excelentísimo Tribunal que a La Pampa le robaron un río: le robaron el Atuel”.
En el día de hoy se desarrolla la Audiencia de Conciliación en la Corte Suprema de Justicia de la Nación por la demanda de la provincia de La Pampa contra Mendoza por el río Atuel.
Uno de los oradores fue el gobernador de La Pampa, Carlos Verna, quien expresó “usted preguntó presidente si había soluciones dentro de la cuenca, si las hay, entre el Sosneado y el acceso a Los Nihuiles se pierden 15 metros cúbicos por segundo. Si se impermeabiliza esa zona hay agua para todos.
Usted preguntó Dr. Maqueda si la inundación de La Pampa había sido producto de la apertura de Carmensa, no, el último dique “Valle Grande” rebalsó en donde está el vertedero, y Mendoza no nos avisó que se iba llegando al punto de rebalse. Eso demuestra no solo falta de colaboración, sino que es mentira lo que dijeron, de que hay buena voluntad, no hay buena voluntad, cuando faltaban 50 centímetros nos hubieran dicho cuántos centímetros sube por día y nosotros hubiésemos tomado las previsiones del caso. Porque el río es divagante, como el río está por años seco, o por meses seco, la arena con el viento cubre el curso y el río divaga por nuevos lugares, entonces hay que estar preparado para la creciente y eso Mendoza ni nos anticipa. En consecuencia de la no existencia de un Comité de Cuenca.
En segundo lugar, cuando hablan de la eficiencia de riego, preguntan si se puede aumentar, ellos mismo lo dijeron, dijeron que tienen 5.000 hectáreas con riego presurizado en 54.000 que declararon, es la cuenca del país con más baja eficiencia de riego porque no tiene riego presurizado, no hay aspersión, no hay riego por goteo, hay sólo 5.000 en 50.000. Si regacen las 50.000 con riego persurizado, habría agua para llegar a más hectáreas en Mendoza y habría agua para La Pampa.
Hoy no es un día más para los pampeanos. Nuestra tierra ha sufrido mucho. Todo el oeste de nuestra provincia fue testigo presencial del avance impiadoso del desierto. Han tratado de desalentarnos. Nos fueron empujando al éxodo. Y sin embargo, después de un largo camino de lucha con la misión de hacernos escuchar, llegamos a este momento trascendente, en el que por fin estamos ante la competencia de esta Corte, dispuestos a encontrar una solución a décadas de despojo, de tristeza, de empobrecimiento.
Como quedó plasmado hasta aquí, y cumpliendo con mi responsabilidad política en lo que representa esta causa, tan cara para todos los pampeanos, hoy vengo no solo en representación de los ciudadanos de mi provincia, también estoy aquí como un ciudadano más. Yo soy uno más, entre todos los pampeanos, que ha transcurrido su vida sabiendo que los derechos de su provincia fueron violados. Venimos denunciando y luchando; luchando y trabajando; trabajando con la esperanza de recuperar lo que nos robaron. Confiando en un acto de justicia que nos devuelva nuestro río Atuel.
Señores jueces, para mi provincia esto es una cuestión de Estado. Y por eso les hemos pedido a nuestros ex gobernadores de la democracia que nos acompañen. Porque esta situación excede ampliamente una gestión de gobierno.
Vengo sin resquemor alguno, vengo con motivación y con fe a afirmarle a éste excelentísimo Tribunal que a La Pampa le robaron un río, le robaron el río Atuel
Vengo de una provincia nueva, que por mucho tiempo fue territorio nacional; quizás por demasiado tiempo. Y esto nos marcó, incluso desde antes de nuestra provincialización. Cuando se fueron constituyendo las provincias colindantes, a medida que avanzaba la organización política de la Nación, nos fueron privando de territorio, somos una provincia construida con retazos que otras provincias no quisieron.
Y yendo puntualmente a lo que nos convoca, queda claro que a los pampeanos, además de territorio, nos quitaron un río; en lo que ha significado el despojo que ocasionó una catástrofe ambiental; además del profundísimo daño social, productivo y emocional, que sufrieron los pobladores del oeste pampeano. Esta catástrofe ambiental, antrópica, causada por el hombre, en un hecho sin parangón en toda la extensión del territorio nacional.
Nuestro oeste, al que yo llamo el oeste profundo de La Pampa, ha sido condenado a la marginalidad de un vasto desierto, por la provincia de Mendoza, con la anuencia del Estado Nacional.
Frente a esta realidad, marcada por la angustia de haber vivido la pérdida de un río, se le suma la imprevisibilidad de no contar con la más mínima información sobre su manejo, que nos permita, al menos, saber cuándo vamos a tener agua corriendo, su cantidad, su calidad, o por cuánto tiempo el cauce va a estar interrumpido y seco, absolutamente seco. Así, es imposible proyectar políticas de Estado de mediano y largo plazo. El daño ambiental que existe actualmente solo puede ser mitigado o recompuesto con agua potable de calidad, corriendo constante desde la alta cuenca, sin uso previo, es decir, no aceptamos agua de reúso, lo que hoy llega a La Pampa es lo que corre de la napa freática, de la tierra salinizada, que salinizaron quienes riegan por manto. Eso es necesario para volver a darle vida a ese cauce y reparar el daño ecológico ocasionado.
Esta Corte además ya ha determinado que el río Atuel es interprovincial. Por eso se torna fundamental e ineludible la creación de un Comité de Cuenca, para que las provincias condóminas tomemos, en forma conjunta, todas las decisiones referidas al manejo de estas aguas, cogobernando un recurso natural que debe ser indiscutiblemente compartido.
Por esto hemos venido todos los pampeanos hasta aquí. Para defender nuestros derechos y el derecho humano de acceso al agua potable que le ha sido negado a nuestros pobladores del oeste.
Y yo, en lo personal, vengo a cumplir con esta enorme responsabilidad que mis comprovincianos me han delegado al elegirme gobernador. Como fue expresado a lo largo de toda la exposición de nuestra parte, por los amigos del Tribunal, repito que confiamos en la intervención de esta Excelentísima Corte para llegar a una solución que satisfaga las pretensiones de La Pampa, resolviendo el conflicto sistémico ante el que nos encontramos. Teniendo como meta la preservación y recomposición del ambiente que nos pertenece a todos como habitantes de la República Argentina, y que desnuda la degradación que sufre La Pampa, por el uso indiscriminado que ha hecho Mendoza del río Atuel, transformando nuestros humedales en desiertos. En efecto, Mendoza para regar 44.000 hectáreas ha generado en La Pampa un desierto de 1.500.000 hectáreas, provocando la diáspora de los habitantes pampeanos asentados en la cuenca del río Atuel, el río, señores jueces, que nos fue robado”.