Malvinas: el testimonio de un veterano
- La Pampa
- 3 abr 2017
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Daniel Palacios, veterano de la Guerra de Malvinas, celebró que con el paso del tiempo se sienten un "poquito más acompañados y escuchados" por los gobiernos y la sociedad. "Ahora nos consideran de otra manera. El Gobierno, por ejemplo, nos llama para que organicemos juntos el acto de Malvinas cuando antes nos invitaban a una ceremonia que habían organizado unilateralmente", diferenció.

Hoy se cumplen 35 años del inicio del conflicto bélico. "En nuestra posición no teníamos armamento antiaéreo ni de largo alcance", dijo. "La artillería inglesa atacaba generalmente de noche y los fines de semana porque así cobraban más".
Palacios es el flamante presidente del Centro de Veteranos de Guerra de La Pampa. Pese a ser oriundo de la localidad mendocina de Uspallata, se considera un pampeano más dado que lleva más de treinta años radicado en nuestra provincia, donde formó familia, tuvo a sus hijas y ahora disfruta de sus tres nietas.
Entró al ejército en 1979 y al año siguiente lo destinaron al Regimiento de Infantería VIII de Comodoro Rivadavia, Chubut. Luego de tres años de instrucción, con jerarquía militar de cabo, fue destinado a Malvinas. Precisó que pisó las islas el 6 de abril de 1982 a la hora 9. "Llegamos en avión y permanecimos en el aeropuerto hasta las 18. Al día siguiente embarcaron una avanzada del regimiento y en un helicóptero cruzamos hasta nuestro destino: Bahía de los Zorros (en inglés: Fox Bay)", le contó el sobreviviente a Diario Textual.
Puntualizó que se encontraban en la isla Gran Malvina, con la misión de cubrir la entrada sur del estrecho de San Carlos, de 24 kilómetros de ancho. "Estábamos sin elementos que sirvieran para ese cometido, al punto de que portábamos armas de infantería, no de artillería", se lamentó el héroe, que fue a la guerra con 25 años.
"La mayor impotencia era que no teníamos armamento antiaéreo ni de largo alcance. Venía la fragata y nos bombardeaban el tiempo que querían: no estábamos preparados para el lugar y el cometido que nos asignaron", reconoció.

Ante eso, aseguró que la situación los obligaba a "achicarse" en la posición y aguardar a que pase el ataque, en algunos casos de seis o siete horas, "rogando" que la munición que venía en el aire no los tocara. "Es feo que te ataquen toda una noche y saber que no podés hacer nada".
El excombatiente destacó que los ataques ingleses ocurrieron normalmente de noche y los fines de semana. "Ellos tenían un horario de trabajo y lo otro eran horas extras. Si atacaban de noche, utilizando visores nocturnos, cobraban más. La gran diferencia con nuestros soldados era que ellos eran profesionales que vivían de ese trabajo, sin llegar a ser mercenarios", aclaró.
Detalló que los ingleses cobraban alrededor de 270 dólares diarios y los militares argentinos sólo 120 de la moneda norteamericana por mes pero los soldados solamente diez. "Cuando resultamos prisioneros de guerra, en una charla en el barco Norland, le conté eso a un inglés y no lo podía creer. Le dio tanta pena que me terminó regalando una caja de chocolate", dijo.

El enfrentamiento bélico entre la Argentina y Gran Bretaña tuvo lugar en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. La guerra se desarrolló entre el 2 de abril, día del desembarco argentino en las islas, y el 14 de junio de 1982, fecha acordada del cese de hostilidades en Malvinas. El origen del choque fue un intento argentino de recuperar la soberanía de las islas, a las que las Naciones Unidas consideran territorios en litigio entre Argentina y el Reino Unido, aunque este último los administra y explota.
Palacios, quien siguió en el Ejército hasta 1992 y luego ingresó a la Policía hasta retirarse en 2015, recordó que regresaron al continente a última hora del 21 de junio. Desembarcaron en Puerto Madryn y de ahí todo el regimiento se trasladó en ómnibus a Comodoro Rivadavia. "Llegamos a las 6 de la mañana, tras haber injerido un jarro de mate cocido y unos panes".
En 1986 La Pampa resultó el destino del militar que desde finales del '82 había pasado a desempeñarse en su Uspallata natal. "Me surgió el pase al Comando IV Cuerpo y me radiqué en Santa Rosa desde entonces", concluyó.