Juan Manuel D’estefano supo vivir como mendigo en la capital pampeana. Desde hacía un lustro estaba alojado en un geriátrico donde murió sin un solo familiar a su lado. Ignacio Martín le dio entierro en el cementerio y se propuso ubicar a su entorno familiar.
El vecino winifredense Ignacio “Nacho” Martín, con el apoyo de la cooperativa eléctrica y la Municipalidad de Villa Mirasol, le dio sepultura en el cementerio de esta última localidad a Juan Manuel D’estefano, quien supo vivir como linyera en Santa Rosa.
Desde hacía un lustro estaba alojado en el Hogar de Ancianos del pueblo donde el miércoles falleció a los 62 años rodeado de las personas que lo cuidaban, pero sin un solo familiar o amigo a su lado. Martín utilizó Facebook para escribir sobre este caso y pidió a sus amigos virtuales que compartan su publicación, que incluye su número de celular, para ubicar a los familiares del adulto mayor. El texto ya fue compartido por unas 400 personas, muchas valoraron su gesto humanitario.
Martín es propietario de una empresa fúnebre y de servicios sociales. “Soy de usar poco la red social y cuando lo hago es para publicar algo interesante. Cuando fuimos a retirar su cuerpo me cuentan que efectivamente era el famoso linyera que frecuentaba la terminal de ómnibus, la iglesia Catedral y la iglesia de Fátima de Santa Rosa y que hacía cinco años que estaba alojado en el geriátrico de Villa Mirasol, que funciona conjuntamente con el hospital, en un mismo edificio. Me dio mucha pena, le di sepultura en una fosa común y me encargaré de colocarle una placa recordatoria con su nombre”, contó Martín.
Ingreso a geriátrico.
Reveló que D’estefano ingresó a la residencia geriátrica en 2012 luego haber estado internado en el hospital Lucio Molas tras sufrir un accidente. El ex director del establecimiento asistencial Rodrigo Ortíz junto al ex diputado Alfredo Schanton le consiguieron ese lugar para vivir porque habitualmente recibe a personas solas con historias tristes e emocionantes.
“D’estefano le contaba al personal que era de Ayacucho, Buenos Aires, de hecho muchas personas de esa ciudad me han llamado para decirme que supuestamente era soltero y tendría un familiar directo. Estuvo trabajando como cocinero en un barco petrolero y lo trasladaban desde Buenos Aires hasta el océano en helicóptero, lo dejaban durante un mes y hacía la comida para los obreros”, relató Martín.
“También vivió en La Plata y después se radicó en Santa Rosa en inmediaciones de la plaza donde la gente le daba de comer. Siempre recordaba que a las mujeres ricas de la iglesia de Fática su presencia les molestaba y que era maestro de pala y supo tener una panadería en Macachín”, agregó y reveló que “nunca mencionó” por qué llegó a una situación de calle”. El hombre “se había escapado tres veces del Hogar, una vez la policía lo encontró entre Colonia Barón y Winifreda. Decía que quería vivir en libertad”.
Otra anécdota, según el entrevistado, fue “cuando llegó al geriátrico tuvieron que convencerlo para que se afeitara, pero después amaba bañarse dos o tres veces por día, leía diarios y libros”, continuó Martín.
Visita especial.
Todos los años recibía una visita muy especial. “Lo visitaba una nena de Santa Rosa que le llevaba chocolates porque cuando ella era más chiquita jugaba con él en la plaza, su mamá la dejaba y él cuando la veía lloraba mucho”.
Su historia “me dio mucha lástima y por eso hice una publicación con el solo sentido de que aparezca algún familiar para llevarse sus restos o bien traerle una flor”.
Operación.
D´estefano tuvo una muerte natural. El mes pasado fue sometido a una delicada operación en General Pico, el cuadro se agravó y el miércoles se produjo su desaparición física.
En el Hogar de Ancianos vive desde el año 1998 Nelson Robinson Montaviaro, de General Pico. Esta solo, nadie de su entorno familiar lo visita. Los abuelos son atendidos por siete personas, más un médico, nutricionista, odontólogo, oftalmólogo y bioquímico.
El albergue tiene capacidad para doce personas, no recibe fondos provinciales para su funcionamiento, se mantiene con aportes de la cooperadora del hospital y de familiares de algunos abuelos.
El sueño de Martín
El empresario Martín confesó que es habitual que brinde servicios a personas indigentes, sin la intención de que trascienda públicamente. Además, visita seguido a los winifredenses Alberto Waiman (inventor y luthiers) y Petronila Gross, alojados en geriátricos de la localidad de Colonia Barón. “Quisiera que Waiman regrese a Winifreda, un sueño que voy a tratar de cumplir si algún día existe un Hogar. Si bien está muy contenido y cuidado, mi anhelo es que él recorra las calles de su pueblo”, finalizó.