Jorge Moisés, delegado gremial de los médicos de cabecera del PAMI, denunció que la obra social de los jubilados atraviesa una severa crisis. Reveló que últimamente en La Pampa se produjo una "fuerte disminución de prestaciones" y de "cobertura de medicamentos", sobre todo aquellos en los que era del ciento por ciento. El sistema se resintió por la renuncia de varios médicos.
El profesional recordó que a los médicos de cabecera, a su entender pilares en el funcionamiento del PAMI, hace casi cuatro años que no les aumentan el valor de la cápita, que se ubica en 11,75 pesos más dos pequeños ítems.
Se quejó porque, en medio de todo esto, les sumaron tareas, fundamentalmente de tipo administrativas, de carga informática. "Nos obligan a confeccionar la receta electrónica, que es ilegal porque la receta debe ser manuscrita por el médico y no impresa desde una computadora", advirtió el médico, quien precisó que la nueva orden por la receta rige desde el 1 de setiembre.
"Los médicos de cabecera estamos mal reconocidos y mal pagos. Eso hizo que muchos hayan renunciado, lo que recargó aún más la cantidad de pacientes a atender por los profesionales que aún se sostienen en la obra social".
"La renuncia de un trabajador de la salud obliga al paciente a cambiar permanentemente su médico de cabecera, lo cual es un trastorno. El PAMI no está generando condiciones laborales dignas para atraer médicos de cabecera", opinó.
Moisés explicó que demandas de esta naturaleza las empezaron a plantear en el mandato anterior del PAMI, aunque sin obtener respuestas. Comentó que esta nueva gestión, que se inició en diciembre de 2015, les abrió las puertas para escuchar su problemática, algo que al principio les generó expectativas. "Pero sucedió que pasaron los meses y hasta ahora nada, no sólo no tuvimos respuestas positivas sino que se han ido profundizando problemas de hace años", le dijo al Informativo de Canal 3.
En los últimos tiempos se multiplicaron los pedidos de auditorías médicas sobre las solicitudes de prestaciones de asistencia a los ancianos y a los adultos mayores con problemas de salud. "Uno, como médico, indica y de repente la auditoría requiere más información, como por ejemplo ampliaciones de historias clínicas. Es como que estuvieran pensando que una macanea sobre el estado de salud de un adulto mayor", se lamentó.
"Si ellos (el PAMI) hacen una auditoría de terreno tienen que dar lo que uno les pide y absolutamente más. Estamos hablando de casos de pacientes semipostrados, que requieren soluciones rápidas. A veces parece que presionan para que uno no pida nada más o renuncie".
De acuerdo a su testimonio, en la actualidad los médicos de cabecera deben correr de un lado al otro para obtener el sustento económico indispensable que deben llevar a sus familias. "El PAMI no está bien y se están haciendo los reclamos en el ámbito provincial y nacional. La situación es similar, más allá de particularidades, en todas las provincias", resaltó.
Avisó que una de las probabilidades es que de un momento a otro los médicos de cabecera empiecen a decir basta, aunque negó por ahora la posibilidad de ir hacia una huelga. "Vamos a tratar de agotar todas las instancias de negociación".
Solamente en la capital pampeana, últimamente renunciaron cuatro médicos que dejaron alrededor de 500 afiliados que el PAMI redistribuyó entre los profesionales que van persistiendo en el sistema. "Estas situaciones siguen recargando nuestra tarea y afectando principalmente al afiliado", insistió.