El cruce mediático marcó la cancha entre los dirigentes radicales. O al menos puso en evidencia diferencias estratégicas que circulan soterradas al interior de la UCR y que van abriéndose de a poco camino. Pareció una cuestión mínima, pero las declaraciones públicas que se escucharon la semana pasada encierran en sí mismas los dilemas que recorren las filas del partido y que se irán profundizando con el paso de los meses de cara a las elecciones de 2017. Por un lado, el diputado nacional y ex candidato a gobernador, Francisco Torroba, criticó lo que llamó la "discriminación" que hace el gobierno de Mauricio Macri hacia Santa Rosa en cuestión de obras. No pasaron ni 24 horas que el intendente de la capital pampeana, el también radical Leandro Altolaguirre, contraatacó con una frase que desautorizó al legislador. No es tampoco un dato menor que ambos se habían reunido antes de que estallara la discusión mediática. Dejó en claro que no pueden ponerse de acuerdo.
Ambos dirigentes representan dos líneas de acción política muy diferentes al interior de la UCR pampeana y que tienen repercusión en el espacio opositor no peronista. Una es la línea Frepam, la de sostener frente al PRO la alianza con sectores progresistas y marcar cierta distancia con la presidencia de Macri; la otra es la línea Cambiemos, la de profundizar la alianza con el macrismo. Una significa reafirmar la preeminencia radical en el espacio opositor dentro de La Pampa; la otra es considerarse una línea interna de un partido nacional que se llama Cambiemos.
Las dos están cruzadas por la relación diferencial que se tiene con Macri. Para la línea Frepam, el presidente le dio la espalda a la UCR y en la provincia el PRO decidió romper la alianza electoral; para la línea Cambiemos, el futuro de la UCR está atado a Macri. Hacia abajo, hacia las bases, el dilema está instalado en cuotas muy disímiles. Pero la discusión está presente, ya sea de manera abierta o disimulada.
En La Pampa el escenario político para la UCR es muy diferente al que tiene en otras provincias. No gobierna el PRO como en la Provincia de Buenos Aires y ambos partidos encabezan alianzas locales diferentes (la UCR en el Frepam, el PRO en Propuesta Federal). Pero hay tendencias que van modificando eso: la profundización de la estrategia por parte del macrismo nacional de integrar Cambiemos en 2017 con listas unificadas.
A partir de allí, las dos líneas, los dos accionares políticos, van tomando distancia y se ensanchan las posturas y criterios. Pensamientos que seguramente chocarán cuando se tengan que conformar las alianzas para las legislativas del año próximo.
Si la línea Frepam es crítica al gobierno de Macri por no haber consumado una coalición de gobierno; la línea Cambiemos se siente parte de esa gestión y se muestra con los referentes y funcionarios del macrismo. Si una adelanta que habrá listas separadas entre el Frepam y el PRO, la otra apuesta a una lista unificada de Cambiemos. Una tiene una lógica provincial y la otra una mirada anclada en lo nacional. Una es opositora al gobierno de Carlos Verna, la otra trata de disimular las diferencias. No hay que ser experto en semiótica o en análisis del discurso para darse cuenta de los contrastes y motivaciones políticas que distancian a Torroba y Altolaguirre. Para uno Macri ha ninguneado a la UCR y la toma como furgón de cola; para el otro la UCR es parte de una alianza que gobierna, aunque sea el socio menor.
El politólogo Andres Malamud analiza el debate que recorre actualmente a la UCR como parte de la alianza Cambiemos y desde una mirada nacional se pregunta si el PRO absorberá a la UCR o ambas fuerzas son, cada vez más, las líneas internas de un partido llamado Cambiemos. Indica que frente a esa alianza, y ante la falta de un partido "nacional", en retroceso y cada vez más difuso -más allá de logros recientes como ganar gobernaciones e intendencias- hay radicales, pero no radicalismo. Y que muchos dirigentes sienten, sobre todo en PBA, que "los radicales saben que su partido es Cambiemos", más que la UCR.
Frente a este panorama, ¿será La Pampa la excepción? ¿Primará la lógica provincial por sobre la nacional? Veremos cómo evoluciona la cosa, diría un médico amigo.