“FALTA UNA VISIÓN MÁS INTEGRAL”
El diputado Berhongaray se mostró preocupado por “el alto porcentaje de tierras” que hay en manos de extranjeros y planteó la necesidad de avanzar en “un debate amplio y profundo”.
“Por supuesto que preocupa el alto porcentaje de tierras en manos foráneas, así como el creciente interés de extender estas superficies que persiguen muchos países, fundamentalmente europeos y asiáticos”, dijo el diputado Martín Berhongaray (Frepam), agregando que “es un tema que debe ser abordado con la máxima seriedad para que tenga un verdadero impacto, porque de lo contrario, como sucedió con la ley sancionada en el kirchnerismo, nos vamos a seguir quedando en expresiones de deseos con muy limitados efectos prácticos”.
Manifestó, además, que un decreto como el que dictó el presidente Mauricio Macri, modificando la ley de tierras, no es el camino para “generar un debate amplio y profundo. Hay varios países que ya han impuesto restricciones muy duras a la adquisición de tierras en manos de extranjeros, como Uruguay, Paraguay, Brasil, Colombia, Hungría, Nueva Zelanda, Tailandia, en algunos, los límites sólo pretenden frenar las compras de tierras que involucren a gobiernos extranjeros, fondos soberanos o empresas estatales”.
Berhongaray señaló que “de la mano de estas restricciones, se buscan también frenar la especulación exigiendo requisitos para el uso de la tierra. Por ejemplo, si la tierra no se pone en producción en cierto de tiempo, se pierde el derecho a ella. Detrás de estas medidas se esconde el impacto social que en muchos casos desencadena el avance en la extranjerización, porque termina postergando las posibilidades de progreso de los pequeños y medianos ganaderos y agricultores locales”.
Concentración.
El diputado planteó que en el país hace “falta una visión más integral que analice no sólo el acaparamiento de tierras, sino también su concentración, los problemas de uso y la valuación de los bienes” y explicó que “no hay que caer en el discurso ingenuo de que sólo con la venta de tierras a extranjeros se resigna soberanía. Los inversionistas suelen recurrir a otras formas de control sobre las tierras, como son los alquileres o concesiones prolongados que provocan en la práctica un efecto de desposesión similar a la compra de tierras”.
Comentó que “otra de las trampas que se hace en el mundo es que los extranjeros ponen como careta legal a un ciudadano o una empresa de capitales nacionales, pero por detrás están redactados otros términos contractuales que colocan en manos de un tercero la propiedad del negocio. Para no caer en anuncios vacíos es fundamental entender que toda discusión sobre la propiedad de la tierra es inseparable de las definiciones sobre la estrategia agrícola que debe adoptarse en cada zona o región del país, de las estrategias de seguridad alimentaria y de la protección del ambiente”.