El juez Gabriel Tedín acusó hoy a los policías Fernando Safenreider y Norberto García, involucrados en la muerte del cazador Santiago Garialdi, del delito de homicidio doblemente agravado y lesiones leves, declaró como "compleja" a la investigación para que la Fiscalía tenga más tiempo para recolectar pruebas y, a su vez, ordenó su prisión preventiva. Como adelantó ayer Diario Textual, se supo que disparó uno solo.
El juez dijo que si los libera podrían entorpecer la investigación. Ya sea a través de sus contactos con otros policías o, eventualmente, presionando a testigos.
La audiencia de formalización se inició a las 11.30 y culminó a las 12.10. La fiscal Cecilia Martiní los acusó de homicidio doble agravado y lesiones leves y pidió la prisión preventiva. Es una calificación que prevé la prisión perpetua.
El defensor particular José Mario Aguerrido se quejó porque había pedido la postergación de la audiencia, a la espera de las pericias de Criminalística que aún no llegaron. "Impide la defensa porque no están concluidas las pericias", dijo.
Además, se opuso a la calificación que solicitó la fiscal. "Investiguemos la muerte, pero no le pongamos a priori la calificación más gravosa que prevé perpetua", reclamó.
La fiscal reclamó, además, la prisión preventiva para ambos acusados hasta que termine la investigación. "Son miembros de la fuerza policial, impedir la libertad garantiza que no ejerciten el ejercicio de cualquier medio de coerción de testigos para colocarse en una mejor situación ante el proceso", argumentó.
Aguerrido se opuso y solicitó la prisión domiciliaria. Finalmente el juez accedió al pedido de la fiscal: seguirán presos. También la fiscal reclamó que la investigación sea declarada como compleja. “Las pericias están encaminadas pero demandan tiempo”, dijo. Aclaró que pedirá otras pruebas, entre las que podría encontrarse la reconstrucción del hecho, además de tomarle declaración al resto de los policías que acudieron al lugar esa noche. “Necesito más detalles”, dijo.
Los dos policías aún no han declarado. Ayer, en indagatoria, se negaron a hacerlo, a la espera de una serie de pericias.
Aguerrido se mostró molesto porque, entre otros puntos, la División Criminalística no entregó las pericias sobre las ocho vainas servidas, encontradas en el lugar del hecho.
Extraoficialmente se estableció que salieron de una sola arma 9 mm: la de Safernreider.
Aguerrido, al cuestionar la calificación de la fiscal, dio un dato que abona esa teoría. "García no disparó; no se encontró pólvora en sus manos", sostuvo. "Se presume un dolo homicida de dos policías cuando está comprobado que disparó uno solo", protestó.
"Lo cierto es que las pericias se demoraron. Las pruegas no aparecen. Esto impide el ejercicio de la defensa y la posibilidad de que declaren", dijo Aguerrido.
¿Qué dirán los policías, al declarar? Que hubo un "enfrentamiento" con los cazadores. "Nos encandilaron, nos tiraron la camioneta encima, gatillaron con la carabina y por eso respondimos", dirán.
También pareció referirse al pedido de renuncia al ministro Juan Carlos Tierno, que han realizado una serie de organizaciones políticas y sindicales. "La causa está siendo utilizada para otras finalidades, se trata de responder a otras finalidades, cuestiones periféricas al hecho en si", dijo. Tierno, precisamente, fue socio y amigo de Aguerrido. Hasta hace unos años, cuando rompieron relación.
¿Hay pruebas de que los cazadores dispararon? No aún. Solo un "astilla" en la camioneta policial, de la que aún no hay resultados. Es decir, todavía no han podido determinar si se trató de un tiro de una carabina 22.
El crimen se registró alrededor de las 22 del domingo, en un cruce de caminos entre Lonquimay y La Gloria, a unos 55 kilómetros al este de Santa Rosa.
Según el relato de los cazadores, todos de Pico, en la Ford F 100 iban cuatro personas: dos en la cabina –el conductor, Andrés Enrique Casabonne, y el recolector de las liebres, Juan Costilla- y dos en los cajones de la caja –el encargado de la caza con una carabina 22, Santiago Garialdi, y el reflectorista y dueño de la camioneta Mario Arroyo-.
Estaban cazando ilegalmente liebres europeas en las calles. En una camioneta, a oscuras, los estaban esperando los uniformados Fernando Safenreider y Norberto García, de Lonquimay.
El fiscal Guillermo Sancho dijo que, cuando la camioneta cazadora llegó al cruce de unas calles, la patrulla policial prendió las luces. Los uniformados, desde debajo de la camioneta, comenzaron a efectuar disparos con sus pistolas 9 mm.
Dos de esos balazos dieron en los cazadores: uno a Andrés Casabonne y otro en la cabeza a Santiago Garialdi. Después se comprobó que la camioneta de los piquenses tiene tres impactos de bala.
"Nos acribillaron a la pasada sin poner una baliza o dar una voz de alto, sin nada", dijo Mario Arroyo. Casabonne también ratificó esa versión.