“Vamos a extrañar la atención al público”
“Lo que más vamos a extrañar es el trato con el público”, coincidieron los nuevos jubilados bancarios pampeanos, nativos de Winifreda. Atilio Moyano accedió a su jubilación después de 40 años de servicios en el Banco Nación Argentina y su colega, Jorge “Tucho” Biglia, obtuvo el beneficio previsional tras acreditar 38 años de trabajo en el Banco de La Pampa. Moyano ingresó al BNA el 28 de agosto de 1975 y finalizó su carrera el 2 de febrero de 2016. Biglia comenzó a trabajar el 1 de abril de 1977 y culminó su actividad laboral el 30 de junio de 2015.
Moyano, antes de retirarse, recibió una medalla por sus 40 años en la entidad bancaria, durante un acto celebrado en Santa Rosa con la presencia del gerente zonal y una directora del BNA. Su carrera la inició en la sucursal Eduardo Castex desempeñándose en la mesa de cuentas corrientes.
Recuerda con aprecio a Carlos Pérez, un compañero de trabajo de aquellos años que siempre estuvo a su lado apoyándolo. Luego, fue trasladado a la sucursal Winifreda del BNA, inaugurada el 23 de Julio de 1976. El primer gerente fue Juan Carlos Ahuad, de San Antonio Oeste, Río Negro; tesorero, Cesar Gioda, de Calchín, Córdoba, y contador, Pedro Montarini, de Quiroga, Buenos Aires. En total eran trece empleados, entre ellos dos ordenanzas: Angel Kronenberger y Domingo Iparraguirre.
Nunca aceptó los ofrecimientos para trabajar en otras sucursales. “Preferí hacer toda la carrera en mi pueblo”, dijo Moyano, quien pasó por varios sectores de la sucursal local hasta recalar en la parte operativa.
Biglia, antes de convertirse en bancario, trabajaba como panadero en la ex panadería “La Unión” del fallecido José Nuñez. En la década del setenta, la sucursal del Banco de La Pampa funcionaba en el Juzgado de Paz. El ordenanza era un hombre apodado “Coto” y de apellido Guerrero, quien antes de marcharse del pueblo le ofreció a Biglia ingresar en su lugar. Lo único que necesitaba era un vecino que lo recomendara ante el gerente de ese momento, Carlos Escudero de Santa Rosa. Fue recomendado por el poblador Oval Pulido y así consiguió el trabajo. Antes de retirarse de la panadería, Biglia recomendó a Nuñez que tomara como empleado al “Blanco” Fischer, cosa que finalmente ocurrió.
En 1979 se habilitó el actual edificio del BLP, ubicado en la calle Primera Junta. Llegó a tener hasta catorce empleados en su época de mayor esplendor crediticio. Biglia ascendió a auxiliar y después fue firma autorizada, jefe de sección y cajero. Esta última tarea la cumplió durante una década en el Centro Cívico de la capital pampeana y durante sus últimos tres años de trabajo en la entidad local, reducida (¿injustamente?) a la categoría de agencia.
“No tengo ninguna mancha en mi legajo porque jamás llegué tarde al trabajo ni tuve un apercibimiento o llamada de atención. Estaba 15 o 20 minutos antes del horario de atención al público”, se enorgullece Moyano. Biglia también llegaba media hora antes e ingresaba al Banco con la policía que cumple servicio adicional y preparaba maté o café. “Lo que más extraño es el trato con los clientes, en especial con los jubilados a quienes siempre los atendí muy bien como ellos se merecen”, afirmó Biglia. “Mi relación con los clientes fue buena, no tuve inconvenientes con ninguno y no hice diferencia con nadie. Voy extrañar muchas cosas, hasta que me vaya habituando a esta nueva etapa de la vida, por suerte me entretengo con la radio”, concluyó Moyano, quien conduce un programa musical en una FM local. > Luis Barbaschi para LA ARENA 02/04/2016 <
