SE ENCONTRABAN EN UNA CASA-GERIATRICO EN WINIFREDA
La acusada de maltratarlos es la hija de la dueña del inmueble. Dos adultos mayores fueron reubicados en domicilios particulares y los restantes quedaron internados en el hospital, donde el personal médico constató lesiones en sus cuerpos.
Cuatro adultos mayores de Winifreda fueron retirados por sus familiares directos de una casa de barrio que funcionaba como geriátrico al oeste del pueblo porque supuestamente eran sometidos a maltratos por parte de la persona que los estaba cuidando desde hacía varios días. La acusada es la hija de la dueña del inmueble.
Dos de las víctimas fueron reubicadas en domicilios particulares y las restantes quedaron internadas en el hospital local, donde el personal médico constató lesiones en sus cuerpos. La policía investiga lo sucedido.
La primera adulta mayor fue sacada del inmueble el sábado a la tarde por su hijo, cuya esposa es la actual jueza de Paz de esta localidad. El hombre retiró a su madre con la ambulancia del servicio público de salud, que llegó al lugar junto con un patrullero de la comisaría local. La mujer presentaba una herida cortante en uno de sus brazos.
Cerca de la medianoche, una ambulancia de un servicio de emergencias privado buscó al resto de los residentes octogenarios y los trasladó hacia el centro sanitario donde se encontraban sus hijos, hijas, nietos y hermanas. En la sala de espera también se encontraba una empleada del área de Acción Social municipal.
La médica y la enfermera de guardia revisaron a los pacientes en presencia de un policía y detectaron que uno de ellos presentaba hematomas en su cabeza. Para mayor prevención, decidieron dejar internados en observación a los dos hombres mientras que la mujer se fue a vivir a la casa de su hija.
¿Habilitado?
La vivienda donde estaban alojados los cuatro pobladores funcionaba como hogar de ancianos, pero no reuniría los requisitos establecidos en una ordenanza municipal para cumplir esa función. Tiene tres piezas y un baño.
Los enfermeros tuvieron que ayudar a los adultos mayores a movilizarse hasta la cocina para que puedan sentarse en la silla de ruedas porque, según ellos, no las podían pasar por la puerta de las piezas. La dueña de esa casa se encuentra de vacaciones en otra provincia y había dejado a los vecinos al cuidado de su hija, sindicada de agredirlos físicamente, aunque hasta ayer nadie radicó una denuncia contra ella. La policía igualmente inició una investigación de oficio.
La presunta agresora sería la misma mujer a la que la Justicia santarroseña le retiró el año pasado su hijo de 12 años porque lo maltrataba y le impuso una restricción de acercamiento de 200 metros. El menor está bajo la tutela de su tía.
En las últimas horas se supo que en el pueblo hay más casas de particulares dedicadas al albergue de ancianos, aunque no tengan la habilitación correspondiente. En una de ellas la cama ortopédica está ubicada en la cocina. Los hijos igual dejan a sus padres o madres en esos lugares.
HISTORIAS DE VIDA
Los dos abuelos que quedaron internados en el hospital tienen una historia de vida que vale la recordar: Carlos Lafraguete, de 89 años, padeció hace dos años un cuadro de desnutrición y deshidratación del cual logró recuperarse. Nunca le faltó comida, pero llevaba un estilo de vida inadecuado que terminó perjudicándolo físicamente. En 2006, cinco jóvenes crearon una banda de rock que bautizaron con el nombre de “El Viejo Keller” en homenaje al vecino Bernardo Keller. El hombre les puso dos condiciones a los muchachos: Que le regalarán una remera de la banda y que no lo tenían que llevar a ningún recital.
> Luis Barbaschi para LA ARENA 22-02-16 <