- Por Norberto G. Asquini -
Se cumplen 65 años del bombardeo a Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955 cuando militares complotados de la Marina y la Fuerza Aérea lanzaron un ataque aéreo contra el presidente Juan Domingo Perón. El plan para asesinar al mandatario tuvo como trágico saldo más de 300 muertos, el atentado más sangriento de la historia argentina.
El historiador Roberto Potash afirma que “los hechos del 16 de junio constituyen un cruento capítulo de la historia argentina, ya que armas de guerra, adquiridas con el ostensible propósito de defender a la Nación contra un ataque extranjero, fueron empleadas contra los propios argentinos por miembros de sus Fuerzas Armadas y por civiles armados”. Un ataque irracional contra la población civil, que no tenía ninguna posibilidad de éxito, pero que igual fue lanzado.
¿Cómo se vivieron esos acontecimientos en La Pampa, por entonces Provincia Eva Perón? Lejos de Plaza de Mayo, donde una manifestación en apoyo de #Perón fue ametrallada y bombardeada, en Santa Rosa se siguieron los pormenores de los sangrientos hechos por radio. El diario La Capital informaba que, como en otros lugares del país, en la capital provincial “apenas hecha conocer la convocatoria de la Delegación local de la #CGT a raíz de los sucesos ingratos, una cantidad extraordinaria de trabajadores se concentró en la sede obrera”. La central sindical decretó un paro general de actividades y, a las 15 horas, los movilizados escucharon la palabra del presidente por la radio “y tras aplaudir ruidosamente su mensaje, acataron los consejos del Conductor retirándose a sus respectivos domicilios”, indicaba el diario.
Al día siguiente, el 17 de junio, la Cámara de Representantes de la provincia, en sesión especial, hizo un homenaje a las víctimas y al #Ejército por ser el arma que se había mantenido leal al gobierno. Esa jornada fue de duelo provincial.
Mientras los conspiradores que habían bombardeado Plaza de Mayo y la Casa Rosada huyeron a Uruguay, otros fueron arrestados y enjuiciados. Entre los cabecillas estuvo el contralmirante Samuel Toranzo Calderón; el ministro de Marina, el contralmirante Aníbal Olivieri; y el vicealmirante Benjamín Gargiulo, y como coordinador el capitán de fragata Francisco Manrique. Toranzo Calderón fue imputado por el delito de rebelión militar, degradado y condenado a reclusión por tiempo indeterminado. Los otros recibieron penas de algunos años. Toranzo Calderón, Olivieri, Manrique y otros treinta condenados fueron trasladados en tren, esposados y con custodia, hasta la Colonia Penal de Santa Rosa. En esa cárcel quedaron alojados hasta que estalló la llamada Revolución Libertadora y fueron liberados como “héroes”.
Días después, el 23 de junio, la diputada Lorenza Mateos de Quiroga, presentó un proyecto para dar el nombre de Granadero Mocca a una calle de Santa Rosa, en el céntrico barrio Fitte, el “más moderno de la ciudad”, en homenaje al pampeano caído en defensa del gobierno popular. La arteria elegida fue la que rodeaba la plazoleta Mitre. El soldado Heber Orlando Mocca, de 21 años, fue uno de los nueve granaderos, cuerpo militar escolta del presidente, que había caído defendiendo a #Perón durante los combates cerca de la Casa Rosada. Llegaban en colectivo a la Casa de Gobierno por Paseo Colón cuando fueron alcanzados por las balas de las ametralladoras de los infantes de Marina que iban a atacar por tierra. Recibió un disparo en el tórax. Otro granadero también pampeano que recibió tres disparos ese día fue Horacio A. Herrén, indican las crónicas.
La diputada indicaba: “Se ha incorporado al martirologio de nuestra provincia, sacrificando su vida al servicio de la patria, de su bandera y de la doctrina nacional, que es esencia del #peronismo”. Tras el golpe de septiembre contra #Perón, una de las primeras medidas que se tomaron fue sacarle ese nombre a la calle. Actualmente, otra arteria sobre el barrio Villa Alonso lleva el nombre del héroe pampeano de esa trágica jornada.